Según las últimas consideraciones del Museo de Arte Moderno de NYC (también conocido como MoMa), los videojuegos han de ser incluidos en la historia del arte, por la riqueza de sus contenidos: sus bandas sonoras y su forma de contar historias de un modo que otro soporte no podría igualar jamás.
Por esta razón, el MoMa ha decidido incluir entre sus exposiciones un par de títulos de los videojuegos más significativos de los últimos años.
En cuanto al viejo debate de que si los videojuegos pueden ser considerados como una manifestación artística como lo pueden ser la música, el cine o el teatro, no parece que los expertos en el tema terminen de ponerse de acuerdo. Podemos encontrar opiniones de todo tipo, desde críticos como Roger Ebert que llegaron a afirmar que «los videojuegos no son ni serán nunca arte«, hasta gente como Kellee Santiago, quienes tratan de propagar alrededor del mundo su mensaje para que el videojuego sea comprendido como un arte más.
En cuanto a nuestra opinión, es evidente que los videojuegos sí deberían tener su apartado en la historia del arte moderno, como lo tuvo el cine en su día, y el Museo del Arte Moderno de NYC, que también lo considera así, ha decidido hacer un hueco para tratar a los videojuegos como realmente se merecen e incluir una exposición con una consola de sobremesa además de seis títulos.
http://www.youtube.com/watch?v=jIT28_WjbNQ
Entre los títulos a los que el Museo de Arte Moderno ha decidido rendir homenaje incluyéndolos en su exposición, podemos encontrar algunos clásicos como Space Invaders o el más moderno Minecraft, que pese a ser reciente, los responsables de la exposición lo consideran una verdadera manifestación artística. Uno de los creadores de Minecraft, Markus Persson, declara que el videojuego ofrece una amplia gama de posibilidades para que el jugador pueda expresar su creatividad, creando obras con cubos. Ciertamente Minecraft es un videojuego donde los únicos límites los pone nuestra imaginación. También se ha querido rendir homenaje al que fue el primer videojuego de la historia: Pong.
Una forma de contar historias
Uno de los principales rasgos por los que debemos considerar a los videojuegos (algunos) como verdaderas joyas es su modo de contar historias. Dejando de lado las bandas sonoras – aunque también forman parte de la riqueza de su contenido-, el diseño, la presentación o el colorido, los videojuegos son excelentes vehículos para narrar emocionantes historias a los jugadores, quienes se pueden sentir involucrados en la trama cuando juegan, como ya ha quedado demostrado en numerosos juegos célebres como la saga The Legend of Zelda, por citar algún ejemplo.
Al igual que ocurre cuando nos ponemos a leer una buena novela o a ver una buena película, los videojuegos, sean del tipo que sean, tengan el soporte que tengan, y sean de la marca que sean (Nintendo, SEGA, Sony…), nos pueden sorprender, emocionar o maravillar con una trama original, personajes interesantes, hechos sorprendentes, efectos cómicos y finales tristes o felices, y todo ello acompañado de una buena banda sonora, gráficos excelentes y muchas más cosas… pero lo más maravilloso es siempre la historia que son capaces de transmitir a sus jugadores.
En este sentido, los videojuegos cuentan con una gran ventaja frente a la literatura o el cine, y es que los videojuegos requieren la participación activa del jugador, es decir: son interactivos, y eso es lo que hace que la experiencia de jugar a un videojuego sea completa, o por lo menos diferente.
A mandos de nuestra consola nos ponemos en la piel del protagonista del videojuego, podemos ver a través de sus ojos, ser testigos de acontecimientos que jamás podríamos imaginar en nuestra vida real, y en definitiva, ayudar a escribir la historia a través de nuestros pasos en la historia.
Un claro ejemplo de esto es este fantástico homenaje de Sony a Michael Mamaril, un chaval de 22 años que murió de cancer pero que se le recuerda para siempre dentro del mundo de los videojuegos.
Por desgracia también podemos encontrar el extremo opuesto, es decir, videojuegos con gran contenido en acción, muchos efectos y demás, pero vacíos en cuanto a la narrativa. En este tipo de videojuegos, con títulos de producciones muy costosas, el objetivo puede ser disparar a marcianos o a dianas, pero todas las secuelas son prácticamente igual porque no nos cuentan nada y me temo que no pasarán a la historia, aunque tengan un gran éxito de ventas debido al marketing.
Juegos Indie
El caso de los juegos indie, un mercado que actualmente se encuentra en pleno crecimiento y que ha dado a luz grandes obras como Limbo, es un claro ejemplo de como algunos estudios siguen trabajando para hacer de los videojuegos una verdadera obra de arte en todos los sentidos, contándonos maravillosas historias y sin necesidad de recurrir a presupuestos desorbitados para hacer que nos sintamos partícipes de ellas a través de la pantalla de nuestro ordenador o el mando de nuestra consola.
Personalmente me gustaría destacar el título indie Thomas was alone, desarrollado por Mike Bithell en 2010, que a través de formas geométricas muy simples nos acompaña en un viaje a través de puzzles y plataformas, que a través de la voz de su narrador y su excelente banda sonora se convertirá en una delicia para los sentidos. (Consiguelo en Steam en este enlace)
Grandes juegos para la historia
Algunos de los clásicos mas espectaculares de todos los tiempos que han salido al mercado de los videojuegos en los últimos años han sido The Legend of Zelda: Ocarina of Time o ICO y Shadow of the Colossus. Estas verdaderas obras de arte nos contaron y nos siguen contando historias increíbles o hasta perturbadoras, como ocurrió en The Legend of Zelda: Majora’s Mask, o simplemente graciosas como la saga Monkey Island. Supongo que cada uno tenemos nuestra lista y no pretendemos hacer la vuestra (aunque estáis invitados en los comentarios).
Uno de los títulos más recientes es Bioshock Infinite, un videojuego lleno de acción que además nos cuenta una historia increíble, entre disparos, ciencia ficción, física cuántica, religión, política, misterio y un amplio sucedáneo de cosas, y lo hace de una manera inigualable. Tal vez uno de los mejores , según la opinión de muchos amantes de los videojuegos. También merece una especial mención The Walking Dead de Teltalle Games o Heavy Rain, Metro 2033, una saga postapocalíptica, o el ya célebre The Last of Us.
Estos han sido tan solo algunos de los muchos ejemplos de videojuegos que han dejado huella por contar magníficas historias de un modo inigualable. Además de ser obras con excelentes bandas sonoras, gráficos, escenarios trabajados, y muchos más detalles que hacen de los videojuegos algo más que algo para «pasar el rato».
Con toda esta información sobre la mesa, no cabe ya casi ninguna duda de que los videojuegos deberían ocupar ya el lugar que se merece dentro del mundo del arte. Podríamos citar muchos más ejemplos de videojuegos que cuentan maravillosas historias, pero en ese caso tal vez no terminaríamos nunca, así que lo dejamos para futuros artículos.