Esta vez voy a hablar un poco de deportes, que hay que hablar un poco de todo, y el fin de semana ha dado para muchas cosas.
Han terminado las olimpiadas, y creo que ha sido lo de siempre, bastante pobre nuestra presencia. No he visto ni la mitad de las competiciones, pero es que la televisión tampoco ha colaborado mucho. Lo único que se podía seguir en TVE eran las competiciones españolas (y no todas) y las finales importantes, pero eso sí, no han sido capaz de hacer un resumen del día de todas las olimpiadas, que no sólo hay que ver a los españoles. Me hubiese gustado poder disfrutar de otros deportes en los que los españoles ni aparecemos, o de los partidos enteros de deportes minoritarios, por ejemplo, de la final de Tenis de Mesa.
Lo que si he visto, aunque tocó madrugar un poco, fue la final de Baloncesto. ¡Y vaya final! Puedo asegurar que (para mi) es lo mejor que ha pasado en las Olimpiadas, el mejor partido de baloncesto de mi corta historia, y lo tuvimos ahí para ganar. Aunque hay que decir que los arbitros ayudaron un poco a los USA, también es verdad que sus porcentajes de tiro fueron muy por encima de su media en el torneo, y por eso se llevaron la medalla de Oro de forma totalmente justa.
Ha vuelto la Formula 1, y más de lo mismo, carreras muy aburridas donde lo único interesante son los accidentes y los repostajes, pero nada más.El año de Alonso para olvidar.
Y ha vuelto el fútbol, con el Real Madrid ganando al Valencia en 45 minutos buenos y 135 para borrar. Pero ayer disfruté viendo a mi equipo, soy de Real Madrid, por si les quedaba alguna duda. Además Robinho por fin dejo claro que lo que quiere es ganar dinero, y que es otro brasileño más que tiene mucha calidad y poca cabeza. Se les sube el éxito demasiado pronto, y luego pasa lo que pasa. Que dejen de fichar niñitos y fichen jugadores de fútbol. A ver si lo vendemos por 40 millones y vamos, yo mismo le pongo el lazo. Lo que está claro es que ha firmado su sentencia el solito. Y yo me alegro, por muy bueno que uno sea, si no entrena bien y no tiene actitud, no vale ni dos duros.