Los que me siguen en el blog habrán notado que el jueves pasado no publiqué nada en esta sección. Hoy estoy pensando un poco sobre lo difícil que es mantener un simple hábito de escribir cuando perdemos la rutina diaria.
[flickr id=»5706079167″ thumbnail=»medium» overlay=»true» size=»medium» group=»» align=»center»]
Mi rutina diaria ha cambiado, mi vida ha cambiado radicalmente (como pasa casi cada pocos años) y creo que eso es bueno. No soy capaz de estar quieto mucho tiempo, veo retos y oportunidades en cada esquina y no me cuesta adaptarme. Veo los cambios como oportunidades, nunca han sido un problema para mi. Me hacen despertar, me activan y enseguida me pongo a buscar soluciones (si las necesito) o nuevos retos (como si no tuviera ya bastantes), en definitiva me hacen sentirme vivo.
Yo creo que la vida de cada uno va por ciclos, momentos de tranquilidad en los que nunca pasa nada y momentos de cambio, y hay poco que podamos hacer para evitarlo. También entiendo que hay gente que no quiere cambios, que prefiere quedarse como está y que todo siga igual día tras día. Si tu estás leyendo este blog es porque eres más parecido a mi que otros, y que sientes que algo tienes que cambiar y sobre todo que estás dispuesto a cambiarlo.
También tengo una cosa clara, por mucho que me gusten, los cambios siempre son complicados, porque no queremos cambiarlo todo, y el problema es que hay cosas que se escapan a nuestro control. Tenemos que estar preparados, dispuestos a adaptarnos a los cambios que vengan y a orientarlos hacia dónde queremos llegar, recordar que ya tenemos un Plan, tenemos un mapa (nuestra hoja de ruta) y tenemos un objetivo que cumplir. Si tenemos todo eso claro, solo hay que ponerse a ello. Es tu vida y tu la controlas. No se donde leí (o escuché) una vez una frase y la apunté en mi cuaderno de notas con fecha del 28 de junio de 2010, justo antes de empezar esta nueva aventura del Blog 2.0, curiosamente el martes pasado buscando otras cosas apareció y es asombroso como encaja en este post que acabo de escribir.
Quizás no puedas cambiar el mundo, pero puedes cambiar tu mundo.
Yo ya estoy dispuesto y con más energías que nunca, y os invito a cambiarlo conmigo.
[flickr id=»5644820398″ thumbnail=»medium» overlay=»true» size=»medium» group=»» align=»center»]