Seguimos con la serie de viernes musicales que teníamos algo olvidada. Hoy seguimos con la serie sobre las variaciones, con un extra: variaciones sobre variaciones con Paganinni y Rachmaninov.
En primer lugar el original como siempre, el capricho nº 24 de Paganinni, que es en sí mismo un tema con variaciones. Después unas variaciones sobre esa obra para piano y orquesta de Rachmaninov. Bueno, él dice que es una rapsodia, pero no dejan de ser unas variaciones todo lo “rapsódicas” que se quiera. Tienen más en común de lo que parece. Las primeras están concebidas para mayor gloria del que sea capaz de tocarlas.
Paganinni
Paganini era ya famoso en tiempo por su increíble virtuosismo, que llevó entre otros a músicos de gran talento como Liszt a quedarse prendados por las diabluras del italiano e intentar hacer con el piano algo parecido. En mi opinión lo consiguió sin ninguna duda. Lo de diabluras es con toda intención, pues en la época se decía que tenía que estar poseído por el diablo, tal era su manera de tocar. Rachmaninov era además de un excelente pianista un magnífico compositor y logra conjugar perfectamente la dificultad técnica de su obra, que es claramente virtuosística, con una belleza sublime. Que conste que a mi Paganini me parece un muy buen compositor. Sus conciertos para violín son más que un simple compendio de fuegos artificiales, pero además de que los caprichos son para lo que son, y el 24 lo es especialmente, Rachmaninov es mucho Rachmaninov.
Aquí el video del primero. Pocos comentarios, salvo que explota todas las dificultades conocidas de la técnica. Solo describiré algunas, porque me parecen buenos ejemplos para iniciarse en las posibilidades técnicas de la cuerda.
Ya somos expertos en esto de las variaciones, con que no hace falta indicar dónde acaba el tema. Pero vamos, por si acaso, es justo cuando en el vídeo se dejan de imágenes históricas de Paganini y se centran en el intérprete.
- 30’ la primera variación es un ejemplo de spiccato y spiccato volante. Spiccato no es más que el efecto de saltar el arco sobre la cuerda. Se le llama volante cuando se hacen muchas notas sin cambiar la dirección del arco (todas arco arriba o arco abajo). Uno podría suponer que es una palabra italiana. Lo curioso de esto es que en un curso de música, el profesor de viola, que era italiano, dijo que a eso ellos lo llamaban “balzato” y que lo de spiccato no sabían lo que era. Al final da igual cómo lo llames mientras lo hagas, que es lo difícil. Si el arco no se llega a levantar de la cuerda, entonces es staccato, y si rebota es spiccato. Más adelante hay también variaciones consagradas al legato (notas ligadas) y todo lo que uno pueda imaginar.
- 40 Bariolaje, o cambiar rápidamente de una cuerda a otra.
- 1’00 pasaje en octavas. Las dobles cuerdas consisten lógicamente, en tocar dos a la vez. Así se pueden hacer todos los intervalos que se desee. De entre ellos la octava es de los más difíciles, por su complicada afinación (canta a las primeras de cambio) y porque, a diferencia de un piano, donde la distancia entre dedos siempre es la misma y basta trasladar la mano paralelamente a sí misma, en un instrumento de cuerda varía a medida que se asciende “sul tasto”. Cuanto más agudas, menor la distancia relativa entre el índice y el meñique. Así que en cada movimiento no basta con pararse en el sitio que corresponde, sino que además hay que acortar la distancia a lo justo. Vamos, la pera.
- 2’18 pasajes de décimas dentro de una variación llena de dobles cuerdas. Si la octava ya es difícil, la décima para qué. Y en viola ya para echarse unas risas y guardar directamente el instrumento.
- 3’05 pizzicatos con la mano izquierda y arco. Esto lo inventó Paganini y es muy espectacular a la vista.
- 3’20 dedicada 100 % a sacarle sonido al instrumento. Una de las cosas buenas que acaba siendo una pesadilla de la cuerda, es el control total que se tiene sobre el sonido. Esto significa que eres totalmente responsable del espectacular sonido que tengas o de la porquería que suene Lo malo es que para conseguir un sonido bonito, se requiere mucho trabajo. Es realmente complicado lograr un sonido homogéneo, potente, bonito y afinado en un violín en un registro tan agudo.
- 4’10 la última con acordes y plagada de arpegios ascendentes y descendentes.
Por cierto aquí uno se atreve con el cello:
http://www.youtube.com/watch?v=uypafNbAHh8&feature=watch_response
Cambia algunas cosas y el resultado es curioso, pero el violín es un instrumento más ágil y se nota. Se ve obligado a “sacar el pulgar” que es como se llama en cello a la técnica del agudo de poner el pulgar sobre las cuerdas. Aquí también lo tiene que hacer para las décimas. Si no, no le da la mano. Lo que hace en 3’27 son sonidos armónicos. Es un efecto que consiste en lograr que suene el primer armónico de la nota que se está pisando. Es la única forma que tiene en el cello de reproducir el sonido del violín en la octava real.
Y este con la viola, aunque considerablemente más despacio que el del violín. Se le queda un poco grande en mi opinión, aunque ya quisiera yo. El pasaje agudo también lo hace con armónicos.
Y ahora el Rachmaninov (3 vídeos)
Es uno de los grandes compositores rusos de principios del XX. Un romántico tardío admirador de Tchaikovsky (y quién no), lo cual se nota en la belleza e intensidad de sus obras. Por eso, lo mejor es escucharlas y punto. Si os gusta esta obra y os preguntáis qué obra de Rachmaninov conocer a continuación, sin duda su concierto para piano nº2. Es una obra genial. Su comienzo con los acordes del piano crescendo poco a poco, arpegiados en la derecha y rebotando en los graves, hasta que entran las cuerdas explotando una melodía bellísima es digno de un monumento.
Como curiosidades de esta obra, como es una rapsodia se toma alguna libertad. Una llamativa es que lo que introduce prácticamente en el minuto 6 del primer video el piano es el tradicional “Dies Irae” gregoriano. Aquí lo podéis comprobar:
Es un tema utilizado por muchos compositores. Ahora no me viene a la cabeza otros ejemplos, pero no es de extrañar topárselo por ahí.
El primer vídeo:
En el segundo vídeo, minuto 6’25, la variación más bonita de todas en mi opinión.
El tercero. Es una lata, pero como viene en la lista de reproducción ya lo dejo por aquí.
Esto es todo por hoy. Buen fin de semana.