Este va a ser un post corto, porque lo que tengo que decir es muy sencillo.
FOCALIZA
Concéntrate en un punto, fija tu objetivo, no te distraigas, no saltes de una cosa a otra sin sentido. Da lo mismo si estás haciendo una tarea minúscula, volando un avión de 400 pasajeros o pensando en que vas a hacer el año que viene. Hagas lo que hagas, concéntrate en el objetivo y cúmplelo.
Esto vale para tareas de medio minuto como para objetivos de varios años.
Puedes elegir hacer muchas cosas, pero debes tener 1 solo objetivo. Piensa en él cuando te desvíes y vuelve a retomar el rumbo que te lleva a dónde quieres llegar.
Hay que viajar en una dirección, y recuerda que no puedes visitar dos ciudades a la vez. Primero visita una, conócela, descúbrela y disfrútala, y cuando estés listo (y el objetivo cumplido) pasa a la siguiente. Lo mismo para los proyectos de cada uno, o para los hábitos que queremos implementar en nuestra vida, o para lo que se nos ocurra.
Por un lado todo esto que he escrito me parece básico y esencial. Focalizar nuestra energía para lograr un objetivo. Por otro, según lo escribo veo que hay una magia en poder no tener un rumbo determinado y dejar un espacio a la improvisación y la sorpresa. Todo esto encaja perfectamente. Hay momentos en los que hay que ser productivos, acabar el trabajo, hacer una tarea y lograr nuestro proyecto del año o nuestro objetivo del mes, y todo esto no se consigue sin focalizar. Pero conseguirlo y concentrarnos en esos momentos nos permitirá disfrutar de los otros momentos de placer y descanso mucho mejor y poder disfrutar de la vida sin las tensiones de una lista de tareas.
Porque se trata de disfrutar de la vida, no de producir muchas cosas. ¿No creéis?