Comprar a través de internet es algo que se está estandarizando y que cada vez de manera más habitual realizan muchas personas, y es que a través de portales de grandes tiendas o páginas con anuncios de segunda mano, podemos encontrar precios más económicos e interesantes que en nuestra tienda física habitual.
Sin embargo, no todo son ventajas, ya que desde que el paquete sale de los almacenes de la empresa proveedora y llega a nuestras manos, atraviesa un largo camino en los brazos de un intermediario en el que puede sufrir golpes o maltratos accidentales que deterioren el contenido de nuestro valioso paquete.
Y es que los que estamos acostumbrados a enviar y recibir paquetes por internet, valoramos el buen cuidado que la agencia puede procurar – o no – a nuestro envío, ya que en el caso de objetos delicados o tecnología, un mal golpe durante la manipulación del paquete puede arruinar ese gadget que esperamos con tantas ansias, por muy bien embalado que este se encuentre.
Pero queridos compradores habituales y compulsivos de internet, de la mano de unos diseñadores de Cambridge Consultants nos llega una ingeniosa idea en forma de pegatina que se va a convertir en el peor enemigo de los transportistas y en nuestro mejor aliado a la hora de velar por el estado de nuestro envío.
¡Preparaos mensajeros, Droptag ha llegado!
A simple vista Droptag parece una simple pegatina, pero no os dejéis engañar por su inofensivo aspecto, por que en su interior guarda celosamente en armazón tecnológico preparado para dar parte de cualquier movimiento sospechoso al que se someta nuestro paquete.
Droptag esconde bajo su superficie un pequeño acelerómetro conectado a un emisor de Bluetooth – ambos alimentados a través de una diminuta batería -, que serán capaces de registrar cualquier caída o golpe violento que este experimente, de manera que, a la llegada del paquete y mientras firmamos la recepción del envío, a través de la aplicación móvil de Droptag (gratuita), podremos consultar los eventos del historial de la pegatina y saber como de ajetreado a sido el viaje del envío hasta nuestras manos.
Más allá del interés que puede suscitar los posibles maltratos a los que se haya expuesto nuestro envío, Droptag tiene mucho más que ofrecer, ya que esta pequeña pegatina todavía admite más sensores y desde su lugar de desarrollo se está estudiando la posibilidad de integrarle un termómetro que se encargará de medir si durante el transporte se ha roto o no la cadena del frío, útil para el transporte de alimentos y medicamentos.
¿Su precio?, muy económico: tan solo dos dólares, que además pueden estirarse para una buena tanda de envíos, ya que podemos reutilizar la pegatina tantas veces como nos sea posible hasta que se agote la batería que lleva incorporada.
¿Inconvenientes?, unos cuantos, ya que seguramente la pegatina no tendrá manera de diferenciar si los golpes o movimientos bruscos a la que está siendo sometida es por que el mensajero ha arrojado el paquete desde la furgoneta sin cuidado, o por que en el transporte al pisar un bache el vehículo de transporte ha dado una pequeña sacudida. Por no hablar de los aviones y las posibles turbulencias que se pueden sufrir durante el viaje.
De manera que en ocasiones puede generar más confusión que utilidad en sí misma.
¿Ventajas?, pues las obvias, ya que a todos nos gustaría saber antes de firmar y aceptar el envío si este viene con alguna sorpresa extra o no.
Además de los beneficios que esto supone para el usuario, Droptag puede utilizarse también como garantía de calidad para las empresas y compañías de transporte.